viernes, 30 de mayo de 2008

ACEPCION FILOSOFICA

La teoría de los valores se ha constituido en un nuevo territorio del marco de la filosofía.


Aproximadamente siglo y medio el antiguo estudio de los valores son concebidos inicialmente por el alemán Hertman Lotze el tal vez fue el primero en realizar el estudio de los valores, concebidos como una región distinta del ser y de la realidad natural, así como también destacó Francisco Brentano, fundador de la fenomenología se inspiró en gran parte en los trabajos que sobre este método filosófico influyó Brentano, ambos establecen en un solo punto el antiguo estudio de los valores que antes fueron estudiados por filósofos como Platón, Sócrates, Aristóteles, entre otros en donde se puede localizar hoy en día estudios sobre los valores como es la bondad, la belleza, la justicia, la libertad, la santidad, e inclusive el saber, sin embargo este pensamiento era disperso y no se lograba englobar ese tratado sistemático de lo digno o valioso ,los filósofos anteriormente mencionados afirmaron que el valor no pertenece exactamente a la realidad física, ideal, psicológica, social o histórica, si no que pertenece a otro tipo de realidad, ya que el valor no necesariamente tiene cabida absoluta en alguna de las anteriores realidades.


Entonces el valor no está en las cosas u objetos en los que descansan, pero tendríamos que afirmar que los valores estén ahí, podemos aplicar ese mismo principio a muchos objetos que nosotros consideremos valiosos.


El valor trasciende desde los mismos objetos al ser y seguir permaneciendo a pesar del tiempo. Pero aunque el valor perece llevar una existencia parasitaria, es totalmente lo contrario ya que tiene una vida propia y objetiva, ya sea que caiga en un sujeto u objeto.


Aun con todo lo anterior no quiere decir que el valor por ya serlo sea jerarquizado o ser sujeto de la valoración a partir de ciertos niveles, pero debe de quedar claro que en dicha valoración debemos aplicar criterios para que nuestro juicio sea objetivo y nuestra escala de valoración adquiera una validez fundamentada, si esto no sucede es posible que la esta actitud lleve una gran carga de ignorancia, ósea una enorme subjetividad, por lo tanto hay que establecer criterios objetivos en nuestro análisis y nos lleva a pensar en una problemática especifica de valor.
La cual tiene como elementos principales su esencia, su conocimiento, su existencia, su jerarquía y su polaridad.

Si viéramos al valor con una visión histórica se diría que solo cobra sentido si se conjunta con las realidades físicas, ideales, psicológicas y sociales, pues así se podrá dimensionar, por que aunque el valor no lo poseen los objetos, lo cierto es que ahí descansa el valor.


Entonces se podría decir que el valor se comporta en cierta medida como adjetivos de los sujetos, pero está definición no menosprecia al valor ni supeditarlo a una vida parasitaria que sólo tiene cabida en función de la apreciación del sujeto, sólo pretende diferenciar al valor del objeto valioso,, también el valor tiene un sentido ideal o universal, aunque cada una establezca sus propios criterios de valoración, paro es por el hombre y los criterios de valoración, pero es por el hombre y los criterios sociales que estos se adquieren ese estatus de valor.


EL VALOR DEL RESPETO



El respeto, como valor que faculta al ser humano para el reconocimiento, aprecio y valoración de las cualidades de los demás y sus derechos, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor como personas, es el reconocimiento del valor propio y los derechos

de los individuos y de la sociedad. Éstos deben ser reconocidos como el foco central para lograr que las personas se comprometan con un propósito más elevado en la vida.
Sin embargo, el respeto no es sólo hacia las leyes o la actuación de las personas. También tiene que ver con la autoridad como sucede con los hijos y sus padres o los alumnos con sus maestros.
El respeto ayuda a mantener una sana convivencia con las demás personas, se basa en normas de diferentes sociedades e instituciones.
El respeto como valor, cumple un papel muy importante en nuestras vidas.
Hay una frase muy conocida que dice: "No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti". Respeto es reconocer en sí y en los demás sus derechos y obligaciones con dignidad dando a cada quien su valor.

Hablar de respeto es hablar de los demás. Es establecer hasta donde llegan mis posibilidades de hacer o no hacer, y dónde comienzan las posibilidades de los demás. El respeto es la base de toda convivencia en sociedad. Las leyes y reglamentos establecen las reglas básicas de lo que debemos respetar.

Sin embargo, el respeto no es solo hacia las leyes o la actuación de las personas. También tiene que ver con la autoridad como sucede con los hijos y sus padres o los alumnos con sus maestros. El respeto también es una forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración de las cualidades de los demás, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor como personas.

El respeto también tiene que ver con las creencias religiosas. Ya sea porque en nuestro hogar tuvimos una determinada formación, o porque a lo largo de la vida nos hemos ido formando una convicción, todos tenemos una posición respecto de la religión y de la espiritualidad. Es tan íntima la convicción religiosa, que es una de las fuentes de problemas más comunes en la historia de la humanidad.

Aquí viene, entonces, también el concepto de Pluralidad, es decir, de las diferencias de ideas y posturas respecto de algún tema, o de la vida misma. La pluralidad enriquece en la medida en la que hay más elementos para formar una cultura. La pluralidad cultural nos permite adoptar costumbres y tradiciones de otros pueblos, y hacerlos nuestros. Sin embargo cuando la pluralidad entra en el terreno de las convicciones políticas, sociales y religiosas las cosas se ponen difíciles.

Así es como llegamos al concepto de intolerancia, es decir el no tolerar. Fácilmente, ante alguien que no piensa, no actúa, no vive o no cree como nosotros podemos adoptar una actitud agresiva. Esta actitud, cuando es tomada en contra de nuestras ideas se percibe como un atropello a uno de nuestros valores fundamentales: la libertad. La intolerancia puede ser tan opresiva, que haga prácticamente imposible la convivencia humana. ¿Y nuestra propia tolerancia? ¿Debemos convencer a alguien que no es católico de que no está en la verdad? ¿No es acaso eso ser "intolerante"?

Para dar respuesta a estas interrogantes, y tocar el tema del respeto, la pluralidad y la tolerancia con más profundidad, hemos hecho una selección del mejor material sobre el tema desde los puntos de vista pedagógicos, éticos y religiosos. Los artículos que presentamos en este segmento de valores nos hace reflexionar en qué es el respeto, cómo se enseña y por qué es importante enseñarlo a los hijos, el por qué de la intolerancia y de particular interés es la sección "Iglesia y Valores", que nos habla de nuestra propia tolerancia respecto de otras religiones y creencias y de la importancia de la pluralidad y el respeto.


"NADIE ES LO SUFICIENTE

PEQUEÑO O POBRE PARA

SER IGNORADO"

Henry Miller


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